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Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno? - Beneficios para tu piel - Blog - TotalAge
 
TotalAge cremas para la piel
 
 
 
 

Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno? - Beneficios para tu piel - Blog

 
TotalAge cremas para la piel

 

 

Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno? - Beneficios para tu piel - Blog

 

Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno?

Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno?

 

Tabla de contenidos

 


Cuando estás en búsqueda de un producto que te proteja del sol, es posible que te encuentres con estos dos términos. Lo cierto es que ambos tienen el mismo objetivo, pero con mecanismos de acción diferentes:

  • El protector solar cuenta con una serie de filtros químicos orgánicos y protege la piel absorbiendo los rayos solares. (1) (2)
  • El bloqueador solar, contiene filtros físicos inorgánicos y protege la piel por completo bloqueando los rayos del sol: reflejándolos y dispersándolos.  (1) (2)

 

Para asegurar una protección de amplio espectro, el ideal es una combinación de filtros químicos y físicos, junto con fotoprotectores secundarios como los antioxidantes. (2)
El SPF (Solar Protection Factor) es una escala que indica la capacidad que tiene el protector para evitar la aparición de eritemas provocados, principalmente, por los rayos UVB. (1) (3). Sus niveles de protección se clasifican de la siguiente manera:

  • Bajo: 6 a 10
  • Medio: 15 a 25
  • Alto: 30 a 50
  • Muy alto: 50+

En los protectores de factor alto, se suelen incluir filtros orgánicos tanto para los rayos UVA como UVB, y en ocasiones se puede incorporar algún bloqueador solar. (4)
Es posible que lo vieras en algún protector solar de amplio espectro. Es un sistema de clasificación importado de Japón, que indica el nivel de protección contra los rayos UVA. Su escala mínima es PA+ y la máxima PA++++. (5)
Radiaciones solares

 

El espectro de la radiación solar abarca desde los 280 nm (intervalo de longitud de onda) al millón de nm (o 1 mm). En la superficie de la Tierra, el reparto de sus rayos es el siguiente: 6,8% para la luz ultravioleta (UV), el 39,2% para la luz visible (HEVL o HEV) y finalmente, un 54% para la luz infrarroja (IR). (3) (6)
  • De las tres bandas en las que se divide la luz ultravioleta, la radiación UVC (200 - 280 nm) es la que más energía posee y es por tanto, la más perjudicial. Afortunadamente, la capa de ozono filtra su incidencia por completo. (7)
  • Le sigue la radiación UVB (280 – 315 nm), que apenas supone un 0,5% de los rayos del sol en la Tierra. Como hemos explicado en nuestro artículo sobre los protectores solares, aunque posee mucha energía, su incidencia puede ser atenuada por numerosos factores como la altitud, las estaciones o las nubes en el cielo. (7)
  • La radiación UVA (315 – 400 nm) se divide a su vez, en UVA2 y UVA1. Aunque es menos enérgica que la UVB, su presencia es hasta 20 veces más abundante. (7) (9) (11) Además, no le afectan aspectos geográficos como la altitud de la región, o las condiciones atmosférica, por lo que su incidencia es casi siempre la misma. (8) (10)

 

La luz visible (400 – 760 nm) se compone de luz violeta/azul, verde y roja. Algunos protectores incluyen filtros que protegen de la primera, también llamada HEV o High Energy Visible, cuya banda llega hasta los 500 nm. Esta corresponde también con la luz que emiten las pantallas LED de los dispositivos como móviles, tablets, portátiles y ordenadores. (14) (16)

Se considera que sus longitudes de onda, al ser más cortas que por ejemplo que los rayos UV, tienen los efectos más notorios en la piel. Exponerse de forma prolongada y en grandes dosis a esta luz, puede contribuir a la formación de arrugas, flacidez, hiperpigmentación e incluso daños en el ADN de las células. (17)
La radiación infrarroja (760 nm – 1 mm), como los rayos UV, se divide en tres bandas: IRA (también llamada NIR o Near Infrared: Infrarroja Cercana), IRB e IRC. (3) Los dos últimos no penetran tanto en la piel, por lo que no se les suele dar la misma importancia que los rayos IRA. Esto es porque más del 65% de su radiación puede alcanzar las capas de mayor profundidad de la dermis. (5) (12)

La principal característica de la radiación IRA, es que la percibimos en nuestra piel en forma de calor. (6) En entornos controlados y dosis reducidas, su luz es utilizada con fines terapéuticos. (5)

  • Mejora la suavidad de la piel.
  • Mejora el tono.
  • Aumenta las fibras de elastina y colágeno.
  • Incluso, puede funcionar como fotoprevención de los rayos UV.

En cambio, si se utiliza en dosis elevadas y se prolonga su exposición, el efecto es completamente el opuesto. La principal consecuencia es un fotoenvejecimiento semejante al que provoca la radiación UV. Desde la degradación de proteínas como el colágeno y la elastina, hiperpigmentación o incluso disminuir la actividad de los antioxidantes presentes en la piel. (5) (6) (12)

Ahora cabe preguntarse, ¿en qué extremo se sitúa la radiación IRA que genera el sol?

Numerosos estudios indican que resultaría complicado percibir estos efectos perjudiciales en nuestra piel. En ocasiones se refieren a dosis de IRA mucho más elevadas de las que proporciona el sol, y en otros casos, habría que exponerse en una latitud y períodos concretos: por ejemplo, de 6 de la mañana a 6 de la tarde del verano, en la región sur de los trópicos. (6)

Entonces, ¿qué sería lo recomendado?

Seguir los mismos consejos que nos protegen de los rayos UV: utilizar protectores de amplio espectro y evitar las horas de mayor incidencia solar. Incluso si lo que se busca es aprovechar los beneficios de los rayos infrarrojos, se puede seguir la “norma de la sombra”. Esta consiste en exponerte al sol en los momentos del día en que la sombra es más extensa que nuestra altura, eso es, por la mañana temprano y a última hora de la tarde. Cabe aclarar, que se debe seguir en zonas cercanas al mar y en determinadas latitudes. (6) (12) (13)

  • Resistencia al agua: estos protectores pueden mantener sus propiedades fotoprotectoras por una cantidad limitada de inmersiones en el agua y por un tiempo igualmente determinado. Su resistencia está muy relacionada con el SPF: a mayor factor, más inmersiones y tiempo resistente sin que sea necesaria una reaplicación.  (2)
  • Cuándo aplicarte protector solar: para tomar sol, el ideal sería unos 20-30 minutos antes de exponerse. Para prevenir una mayor incidencia y cubrir zonas previamente desprotegidas, reaplicar pasados otros 20 minutos.  Cada dos horas habría que reaplicar nuevamente por todo el cuerpo. (2) (18)
  • Cantidad a aplicar: se considera que son necesarios unos 35 ml para cubrir el cuerpo entero de un adulto. (2)

Sobre la autora
Natalia Perasso Del Buono
¡Hola! Mi mayor virtud es explicar en profundidad las mejores maneras de cuidar el rostro. Lo que más me gusta es dar respuesta a las preguntas más frecuentes sobre la piel y a explicar cómo podemos tenerla más sana y reluciente.

 

¡Recuerda!
Nuestro trabajo es proporcionarte información. Si tienes dudas o necesitas asesoramiento, consulta siempre a un profesional antes de empezar cualquier tratamiento.

 


 

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Referencias
1. Passeron, T., Bouillon, R., Callender, V., Cestari, T., Diepgen, T. L., Green, A. C., ... & Young, A. R. (2019). Sunscreen photoprotection and vitamin D status. British Journal of Dermatology, 181 (5): 916-931. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/bjd.17992
2. Rai, R., Shanmuga, S. C., & Srinivas, C. R. (2012). Update on photoprotection. Indian journal of dermatology, 57 (5): 335. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3482794/
3. Lademann, J., Darvin, M. E., Weigmann, H. J., Schanzer, S., Zastrow, L., Doucet, O., ... & Meinke, M. C. (2014). Sunscreens-UV or Light Protection. IFSCC Magazine, 4: 23-28. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.researchgate.net/profile/Jane-Hubert/publication/273950797_Chemical_characterization_of_natural_cosmetic_ingredients_New_insights_on_identification_strategies/links/559a49df08ae99aa62cc9887/Chemical-characterization-of-natural-cosmetic-ingredients-New-insights-on-identification-strategies.pdf#page=23
4. Dondi, D., Albini, A., & Serpone, N. (2006). Interactions between different solar UVB/UVA filters contained in commercial suncreams and consequent loss of UV protection. Photochemical & Photobiological Sciences, 5 (9): 835-843. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://pubs.rsc.org/en/content/articlehtml/2006/pp/b606768a
5. Bernstein, E. F., Sarkas, H. W., Boland, P., & Bouche, D. (2020). Beyond sun protection factor: An approach to environmental protection with novel mineral coatings in a vehicle containing a blend of skincare ingredients. Journal of cosmetic dermatology, 19 (2): 407-415. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jocd.13007
6. Barolet, D., Christiaens, F., & Hamblin, M. R. (2016). Infrared and skin: Friend or foe. Journal of Photochemistry and Photobiology B: Biology, 155: 78-85. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1011134415300713
7. Roro, A. G., Terfa, M. T., Solhaug, K. A., Tsegaye, A., Olsen, J. E., & Torre, S. (2016). The impact of UV radiation at high altitudes close to the equator on morphology and productivity of pea (Pisum sativum) in different seasons. South African Journal of Botany, 106: 119-128. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0254629915314952
8. De Gruijl, F., & Leun, J. (2000). Environment and health: 3. Ozone depletion and ultraviolet radiation. Cmaj, 163 (7): 851-855. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.cmaj.ca/content/163/7/851.short
9. Battie, C., & Verschoore, M. (2012). Cutaneous solar ultraviolet exposure and clinical aspects of photodamage. Indian journal of dermatology, venereology and leprology, 78: 9. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://ijdvl.com/?view-pdf=1&embedded=true&article=7b3a87a41c4bbd49221850be20f98753nrHABmI%3D
10. Care, T. S. Fallene Ltd. (2010) [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.saskatoonfacialplastics.ca/pdf/TherapeuticSunBooklet.pdf
11. Gonzaga, E. R. (2009). Role of UV light in photodamage, skin aging, and skin cancer. American journal of clinical dermatology, 10 (1): 19-24. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://link.springer.com/content/pdf/10.2165/0128071-200910001-00004.pdf
12. Schroeder, P., Calles, C., Benesova, T., Macaluso, F., & Krutmann, J. (2010). Photoprotection beyond ultraviolet radiation–effective sun protection has to include protection against infrared A radiation-induced skin damage. Skin pharmacology and physiology, 23 (1): 15-17. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.karger.com/Article/Abstract/257259
13. Diffey, B. L. (2018). Time and place as modifiers of personal UV exposure. International journal of environmental research and public health, 15 (6): 1112. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.mdpi.com/1660-4601/15/6/1112/htm
14. Hopkins, S. L., Siewert, B., Askes, S. H. C., Veldhuizen, P., Zwier, R., Heger, M., & Bonnet, S. (2016). An in vitro cell irradiation protocol for testing photopharmaceuticals and the effect of blue, green, and red light on human cancer cell lines. Photochemical & Photobiological Sciences, 15 (5): 644-653. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://pubs.rsc.org/en/content/articlehtml/2016/pp/c5pp00424a
15. Panda, P., Mohanty, S., Pal, A., & Mukkamala, S. (2021). Blue Light Protective Cosmetics: Demand of the Digital Era. Research Journal of Pharmacy and Life Sciences: Volume, 2 (2): 43-58. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://rjpls.com/wp-content/uploads/2021/09/3.-Review-Article.pdf
16. Parisi, A. V., Igoe, D. P., Amar, A., & Downs, N. J. (2020). Solar blue light radiation enhancement during mid to low solar elevation periods under cloud affected skies. Sensors, 20 (15): 4105. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.mdpi.com/1424-8220/20/15/4105/htm
17. Bernstein, E. F., Sarkas, H. W., & Boland, P. (2021). Iron oxides in novel skin care formulations attenuate blue light for enhanced protection against skin damage. Journal of Cosmetic Dermatology, 20 (2): 532-537. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jocd.13803
18. Yap, F. H., Chua, H. C., & Tait, C. P. (2017). Active sunscreen ingredients in Australia. Australasian Journal of Dermatology, 58 (4): e160-e170. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/ajd.12597
19. Imokawa, G., & Ishida, K. (2015). Biological mechanisms underlying the ultraviolet radiation-induced formation of skin wrinkling and sagging I: Reduced skin elasticity, highly associated with enhanced dermal elastase activity, triggers wrinkling and sagging. International journal of molecular sciences, 16 (4): 7753-7775. https://www.mdpi.com/1422-0067/16/4/7753/htm
Fuente de la imagen: unsplash.com (Corey O"Bryan / Sz_lxG1ecmc)

 

Filtros solares: ¿De qué nos protegen cada uno?

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Tabla de contenidos

 


Cuando estás en búsqueda de un producto que te proteja del sol, es posible que te encuentres con estos dos términos. Lo cierto es que ambos tienen el mismo objetivo, pero con mecanismos de acción diferentes:

  • El protector solar cuenta con una serie de filtros químicos orgánicos y protege la piel absorbiendo los rayos solares. (1) (2)
  • El bloqueador solar, contiene filtros físicos inorgánicos y protege la piel por completo bloqueando los rayos del sol: reflejándolos y dispersándolos.  (1) (2)

 

Para asegurar una protección de amplio espectro, el ideal es una combinación de filtros químicos y físicos, junto con fotoprotectores secundarios como los antioxidantes. (2)
El SPF (Solar Protection Factor) es una escala que indica la capacidad que tiene el protector para evitar la aparición de eritemas provocados, principalmente, por los rayos UVB. (1) (3). Sus niveles de protección se clasifican de la siguiente manera:

  • Bajo: 6 a 10
  • Medio: 15 a 25
  • Alto: 30 a 50
  • Muy alto: 50+

En los protectores de factor alto, se suelen incluir filtros orgánicos tanto para los rayos UVA como UVB, y en ocasiones se puede incorporar algún bloqueador solar. (4)
Es posible que lo vieras en algún protector solar de amplio espectro. Es un sistema de clasificación importado de Japón, que indica el nivel de protección contra los rayos UVA. Su escala mínima es PA+ y la máxima PA++++. (5)
Radiaciones solares

 

El espectro de la radiación solar abarca desde los 280 nm (intervalo de longitud de onda) al millón de nm (o 1 mm). En la superficie de la Tierra, el reparto de sus rayos es el siguiente: 6,8% para la luz ultravioleta (UV), el 39,2% para la luz visible (HEVL o HEV) y finalmente, un 54% para la luz infrarroja (IR). (3) (6)
  • De las tres bandas en las que se divide la luz ultravioleta, la radiación UVC (200 - 280 nm) es la que más energía posee y es por tanto, la más perjudicial. Afortunadamente, la capa de ozono filtra su incidencia por completo. (7)
  • Le sigue la radiación UVB (280 – 315 nm), que apenas supone un 0,5% de los rayos del sol en la Tierra. Como hemos explicado en nuestro artículo sobre los protectores solares, aunque posee mucha energía, su incidencia puede ser atenuada por numerosos factores como la altitud, las estaciones o las nubes en el cielo. (7)
  • La radiación UVA (315 – 400 nm) se divide a su vez, en UVA2 y UVA1. Aunque es menos enérgica que la UVB, su presencia es hasta 20 veces más abundante. (7) (9) (11) Además, no le afectan aspectos geográficos como la altitud de la región, o las condiciones atmosférica, por lo que su incidencia es casi siempre la misma. (8) (10)

 

La luz visible (400 – 760 nm) se compone de luz violeta/azul, verde y roja. Algunos protectores incluyen filtros que protegen de la primera, también llamada HEV o High Energy Visible, cuya banda llega hasta los 500 nm. Esta corresponde también con la luz que emiten las pantallas LED de los dispositivos como móviles, tablets, portátiles y ordenadores. (14) (16)

Se considera que sus longitudes de onda, al ser más cortas que por ejemplo que los rayos UV, tienen los efectos más notorios en la piel. Exponerse de forma prolongada y en grandes dosis a esta luz, puede contribuir a la formación de arrugas, flacidez, hiperpigmentación e incluso daños en el ADN de las células. (17)
La radiación infrarroja (760 nm – 1 mm), como los rayos UV, se divide en tres bandas: IRA (también llamada NIR o Near Infrared: Infrarroja Cercana), IRB e IRC. (3) Los dos últimos no penetran tanto en la piel, por lo que no se les suele dar la misma importancia que los rayos IRA. Esto es porque más del 65% de su radiación puede alcanzar las capas de mayor profundidad de la dermis. (5) (12)

La principal característica de la radiación IRA, es que la percibimos en nuestra piel en forma de calor. (6) En entornos controlados y dosis reducidas, su luz es utilizada con fines terapéuticos. (5)

  • Mejora la suavidad de la piel.
  • Mejora el tono.
  • Aumenta las fibras de elastina y colágeno.
  • Incluso, puede funcionar como fotoprevención de los rayos UV.

En cambio, si se utiliza en dosis elevadas y se prolonga su exposición, el efecto es completamente el opuesto. La principal consecuencia es un fotoenvejecimiento semejante al que provoca la radiación UV. Desde la degradación de proteínas como el colágeno y la elastina, hiperpigmentación o incluso disminuir la actividad de los antioxidantes presentes en la piel. (5) (6) (12)

Ahora cabe preguntarse, ¿en qué extremo se sitúa la radiación IRA que genera el sol?

Numerosos estudios indican que resultaría complicado percibir estos efectos perjudiciales en nuestra piel. En ocasiones se refieren a dosis de IRA mucho más elevadas de las que proporciona el sol, y en otros casos, habría que exponerse en una latitud y períodos concretos: por ejemplo, de 6 de la mañana a 6 de la tarde del verano, en la región sur de los trópicos. (6)

Entonces, ¿qué sería lo recomendado?

Seguir los mismos consejos que nos protegen de los rayos UV: utilizar protectores de amplio espectro y evitar las horas de mayor incidencia solar. Incluso si lo que se busca es aprovechar los beneficios de los rayos infrarrojos, se puede seguir la “norma de la sombra”. Esta consiste en exponerte al sol en los momentos del día en que la sombra es más extensa que nuestra altura, eso es, por la mañana temprano y a última hora de la tarde. Cabe aclarar, que se debe seguir en zonas cercanas al mar y en determinadas latitudes. (6) (12) (13)

  • Resistencia al agua: estos protectores pueden mantener sus propiedades fotoprotectoras por una cantidad limitada de inmersiones en el agua y por un tiempo igualmente determinado. Su resistencia está muy relacionada con el SPF: a mayor factor, más inmersiones y tiempo resistente sin que sea necesaria una reaplicación.  (2)
  • Cuándo aplicarte protector solar: para tomar sol, el ideal sería unos 20-30 minutos antes de exponerse. Para prevenir una mayor incidencia y cubrir zonas previamente desprotegidas, reaplicar pasados otros 20 minutos.  Cada dos horas habría que reaplicar nuevamente por todo el cuerpo. (2) (18)
  • Cantidad a aplicar: se considera que son necesarios unos 35 ml para cubrir el cuerpo entero de un adulto. (2)

Sobre la autora
Natalia Perasso Del Buono
¡Hola! Mi mayor virtud es explicar en profundidad las mejores maneras de cuidar el rostro. Lo que más me gusta es dar respuesta a las preguntas más frecuentes sobre la piel y a explicar cómo podemos tenerla más sana y reluciente.

 

¡Recuerda!
Nuestro trabajo es proporcionarte información. Si tienes dudas o necesitas asesoramiento, consulta siempre a un profesional antes de empezar cualquier tratamiento.

 


 

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Referencias
1. Passeron, T., Bouillon, R., Callender, V., Cestari, T., Diepgen, T. L., Green, A. C., ... & Young, A. R. (2019). Sunscreen photoprotection and vitamin D status. British Journal of Dermatology, 181 (5): 916-931. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/bjd.17992
2. Rai, R., Shanmuga, S. C., & Srinivas, C. R. (2012). Update on photoprotection. Indian journal of dermatology, 57 (5): 335. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3482794/
3. Lademann, J., Darvin, M. E., Weigmann, H. J., Schanzer, S., Zastrow, L., Doucet, O., ... & Meinke, M. C. (2014). Sunscreens-UV or Light Protection. IFSCC Magazine, 4: 23-28. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.researchgate.net/profile/Jane-Hubert/publication/273950797_Chemical_characterization_of_natural_cosmetic_ingredients_New_insights_on_identification_strategies/links/559a49df08ae99aa62cc9887/Chemical-characterization-of-natural-cosmetic-ingredients-New-insights-on-identification-strategies.pdf#page=23
4. Dondi, D., Albini, A., & Serpone, N. (2006). Interactions between different solar UVB/UVA filters contained in commercial suncreams and consequent loss of UV protection. Photochemical & Photobiological Sciences, 5 (9): 835-843. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://pubs.rsc.org/en/content/articlehtml/2006/pp/b606768a
5. Bernstein, E. F., Sarkas, H. W., Boland, P., & Bouche, D. (2020). Beyond sun protection factor: An approach to environmental protection with novel mineral coatings in a vehicle containing a blend of skincare ingredients. Journal of cosmetic dermatology, 19 (2): 407-415. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jocd.13007
6. Barolet, D., Christiaens, F., & Hamblin, M. R. (2016). Infrared and skin: Friend or foe. Journal of Photochemistry and Photobiology B: Biology, 155: 78-85. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1011134415300713
7. Roro, A. G., Terfa, M. T., Solhaug, K. A., Tsegaye, A., Olsen, J. E., & Torre, S. (2016). The impact of UV radiation at high altitudes close to the equator on morphology and productivity of pea (Pisum sativum) in different seasons. South African Journal of Botany, 106: 119-128. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0254629915314952
8. De Gruijl, F., & Leun, J. (2000). Environment and health: 3. Ozone depletion and ultraviolet radiation. Cmaj, 163 (7): 851-855. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.cmaj.ca/content/163/7/851.short
9. Battie, C., & Verschoore, M. (2012). Cutaneous solar ultraviolet exposure and clinical aspects of photodamage. Indian journal of dermatology, venereology and leprology, 78: 9. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://ijdvl.com/?view-pdf=1&embedded=true&article=7b3a87a41c4bbd49221850be20f98753nrHABmI%3D
10. Care, T. S. Fallene Ltd. (2010) [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.saskatoonfacialplastics.ca/pdf/TherapeuticSunBooklet.pdf
11. Gonzaga, E. R. (2009). Role of UV light in photodamage, skin aging, and skin cancer. American journal of clinical dermatology, 10 (1): 19-24. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://link.springer.com/content/pdf/10.2165/0128071-200910001-00004.pdf
12. Schroeder, P., Calles, C., Benesova, T., Macaluso, F., & Krutmann, J. (2010). Photoprotection beyond ultraviolet radiation–effective sun protection has to include protection against infrared A radiation-induced skin damage. Skin pharmacology and physiology, 23 (1): 15-17. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.karger.com/Article/Abstract/257259
13. Diffey, B. L. (2018). Time and place as modifiers of personal UV exposure. International journal of environmental research and public health, 15 (6): 1112. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.mdpi.com/1660-4601/15/6/1112/htm
14. Hopkins, S. L., Siewert, B., Askes, S. H. C., Veldhuizen, P., Zwier, R., Heger, M., & Bonnet, S. (2016). An in vitro cell irradiation protocol for testing photopharmaceuticals and the effect of blue, green, and red light on human cancer cell lines. Photochemical & Photobiological Sciences, 15 (5): 644-653. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://pubs.rsc.org/en/content/articlehtml/2016/pp/c5pp00424a
15. Panda, P., Mohanty, S., Pal, A., & Mukkamala, S. (2021). Blue Light Protective Cosmetics: Demand of the Digital Era. Research Journal of Pharmacy and Life Sciences: Volume, 2 (2): 43-58. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://rjpls.com/wp-content/uploads/2021/09/3.-Review-Article.pdf
16. Parisi, A. V., Igoe, D. P., Amar, A., & Downs, N. J. (2020). Solar blue light radiation enhancement during mid to low solar elevation periods under cloud affected skies. Sensors, 20 (15): 4105. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://www.mdpi.com/1424-8220/20/15/4105/htm
17. Bernstein, E. F., Sarkas, H. W., & Boland, P. (2021). Iron oxides in novel skin care formulations attenuate blue light for enhanced protection against skin damage. Journal of Cosmetic Dermatology, 20 (2): 532-537. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jocd.13803
18. Yap, F. H., Chua, H. C., & Tait, C. P. (2017). Active sunscreen ingredients in Australia. Australasian Journal of Dermatology, 58 (4): e160-e170. [Internet] [Fecha de consulta: 2022] https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/ajd.12597
19. Imokawa, G., & Ishida, K. (2015). Biological mechanisms underlying the ultraviolet radiation-induced formation of skin wrinkling and sagging I: Reduced skin elasticity, highly associated with enhanced dermal elastase activity, triggers wrinkling and sagging. International journal of molecular sciences, 16 (4): 7753-7775. https://www.mdpi.com/1422-0067/16/4/7753/htm
Fuente de la imagen: unsplash.com (Corey O"Bryan / Sz_lxG1ecmc)

 

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